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Al levantar el teléfono en su oficina, el agente del FBI José Spinelli, recibió la confirmación que estaba esperando. Uno de los federales infiltrados en la mafia de Nueva York, que se hacía llamar Víctor Quintana, le comunicó que la reunión con Don King, el inmenso promotor de boxeo, estaba por concretarse. Lo que significaba una gran oportunidad para encarcelar al creador del show en el boxeo por aceptar plata sucia para organizar peleas.
La investigación que realizó el FBI sobre la Federación Internacional de Boxeo (FIB) duró diez años. Durante ese tiempo, el agente Spinelli había realizado un trabajo que lo llevó a tratar de comprobar la estrecha relación que vinculaba a Don King con la mafia de la costa este de Estados Unidos.
En principio, Spinelli tenía pruebas para acusar a King por estafa. Ya que el ex campeón mundial de pesos pesados Larry Holmes y su entrenador Richie Giachetti, habían acusado al investigado de quedarse con dinero que no le correspondía, perteneciente a las bolsas de las veladas.
Holmes le comentó al FBI que él cobraba sólo 50% de lo que le correspondía, mientras que su entrenador aseguró que King se adjudicaba un 25% de las bolsas, acción ilegal, ya que los promotores no pueden cobrar plata como manejadores. Giachetti le comentó a Spinelli que iba a testificar en contra de King, y a presentar unas grabaciones en la que King hablaba de sus ilegales procedimientos. Pero con la condición de que le proporcionaran inmunidad ante la ley, acuerdo al que el FBI no accedió.
De esa forma, la investigación se había quedado sin dos testigos claves. Ya que Holmes también se negó a declarar porque “King conocían gente peligrosa que podía llegar a hacerle daño”. Sin esas declaraciones, el FBI estaba a punto de quedarse sin caso. Pero Spinelli decidió cambiar la estrategia, y le pidió a un agente que se infiltrara en el mundo del box.
Por eso, el encubierto, que se hizo llamar Víctor Quintana, se presentó en el inframundo criminal de Nueva York como un traficante de drogas de Latinoamérica. El FBI le pagó a Quintana un departamento de lujo en el lado oeste de Manhattan y un Rolls Royce para movilizarse. Lo único que quedaba por hacer era convencer a alguien que lo relacione con el promotor.
Con el fin de que la pantalla sea realmente creíble, Quintana inauguró una empresa de boxeo fantasma llamada Nocaut Técnico Promociones, ubicada sobre la Séptima Avenida, justo enfrente del Madison Square Garden. Estuvo tan bien ejecutada la maniobra que hasta el mismísimo Muhammad Ali asistió a la fiesta de apertura.
El contacto de Quintana en la mafia fue Michael Franzese, capo de la familia Colombo. A él, el presunto latino le dijo que quería invertir su dinero en el boxeo para poder blanquearlo. También le dejó en claro que quería que King sea su co-productor.
Franzese, para asegurar el encuentro entre el falso narco y el promotor, le pidió al reverendo Al Sharpton, que era su socio y amigo de King, que sirviera de intermediario. En los informes del FBI, Sharpton, que luego de ese episodio comenzó a trabajar como informante para los federales, figuró sólo como el presentador de las partes. Lo que lo ubicó como un ignorante sobre el propósito de la reunión.
El 12 de enero de 1983 en la oficina de Spinelli en Nueva York, sonó el teléfono. Del otro lado se encontraba el oficial encubierto, que llamaba para confirmar que Franzese ya había arreglado la reunión con King. El final del caso “Corona Real”, como lo habían llamado, estaba a punto de llegar a su fin.
Pero, a diferencia de lo que había imaginado Spinelli, el caso terminó sin final feliz para él.
Es que, dos meses antes de aquel enero del ´83, el coreano Duk Koo Kim, campeón ligero, había muerto sobre el ring al ser noqueado por Ray Mancini, en una pelea organizada por Don King. Lo que hizo suspender la operación al FBI, porque no quería arriesgarse a promocionar una pelea que terminara con el mismo incidente. Lo que significó la muerte del caso "Corona Real".
Spinelli no pudo probar una relación entre King y la mafia, pero gracias a que Quintana conoció al promotor, un año después se lo acusó por evasión de impuestos junto al vicepresidente de “Don King Promociones”, Constanza Harper. Aunque, finalmente King fue absuelto y Harper acusado de tres cargos y condenado a cuatro años de cárcel.