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Domínguez, vestido con jeans y campera al cuerpo, desentonaba entre los boxeadores que se encontraban bañados en transpiración debido al alto porcentaje de humedad y el constante movimiento. En su salsa, “El gordo” no paraba de dar vueltas y hablarles a todos y cada uno de sus pupilos al oído. El que se llevaba la mayor parte de su atención era Mariano Díaz Strunz, quien irá por el campeonato crucero contra Rogelio Rossi el 8 de Octubre en el club Belgrano de la ciudad de San Nicolás.
“El grueso del trabajo ya lo hice, vení, la hacemos acá”, dijo al sentarse sobre unos de los bordes del ring para comenzar la charla. .
¿Te costó dejar de ser boxeador para empezar a ser entrenador?
No mucho, obviamente que es un proceso que lleva su tiempo. Y hay que acostumbrarse. Pero en el último tiempo como boxeador venía ejerciendo. Los mismos pibes que estoy entrenando ya estaban haciendo físico conmigo cuando era boxeaba. Además me fui preparando mentalmente, hice el curso de técnico con tiempo, después hice psicología deportiva para entrenadores. Todo con el fin de hacer como entrenador lo que hice como boxeador.
¿Qué te dio la docencia?
Considero que soy nuevo todavía en esto, pero en poco tiempo gané respeto por las cosas que hice con los pibes.
¿Cómo te llevas con el hecho de estar en el rincón?
De entrada fue difícil, porque subía a pelear con ellos (sus pupilos). Mi cuerpo estaba abajo pero mi cabeza estaba arriba. Esto lo hable mucho con Juan Martín Coggi cuando estaba con su hijo. Le decía que no gesticulara tanto que lo miraban a él y no al pibe. Después caí yo un poco en esa, porque uno lo vive con una vehemencia muy grande por haberlo hecho toda la vida.
Lo que pasa, es que hay algo muy distinto entre ser boxeador y técnico. Uno ve diferente a los chicos, es como en todos los aspectos de la vida, cuando mi viejo me hablaba era él el más vivo, y acá es igual. Yo pienso que si subo (al ring) al que está lo cago a palos. En realidad no se si lo puedo hacer, pero es lo que pienso.
Es que son distintas épocas de boxeo, se boxea diferente de cuando uno lo hacía.
¿Crees que bajó el nivel respecto a cuando vos lo hacías?
En algunos (boxeadores) sí y en otros no.
Desde tu posición como entrenador, ¿podes mejorar el nivel del boxeo?
(Piensa)… Ojala, ojala se pueda hacer. Pero no todos piensan como yo. Para que haya un cambio tiene que haber más de uno en esto, y no puedo ponerme en la cabeza de todos. Pero bueno, me tengo que adaptar a lo que hay, y dentro de eso hacer lo mejor posible. Igualmente pienso que hay chicos que boxean muy bien y hay buenas veladas. Lo que pasa es que uno está enmarcado en lo que ve los sábados, pero aparte de eso hay otras cosas.
¿El problema pasa por cómo se preparan los boxeadores o es un tema vinculado a la organización y el manejo del deporte?
Es que es muy difícil porque es un tema muy particular. No somos un equipo en el que nos ponemos todos de acuerdo y decimos lo mismo. Acá, si uno se queja está solo, como cuando sube al ring.
Lo que me revienta como técnico son los lapsos de media hora que hay entre pelea y pelea. No sabes cuando hacer entrar en calor al pibe porque se enfría. Además, a esa hora de la noche te agarra la modorra y eso es todo por la pavada de la publicidad, va…pavada para nosotros. En mi época decía: “Che, loco, miren que salgo”, a lo que me respondían: “No, para”, y yo salía igual. No me importaba nada. Ahora los pibes no hacen eso, no tienen ese tipo de personalidad. Están todos viviendo en un show.
¿Como técnico haces lo mismo?
Si, lo hago. No se si los apuro o no, pero no me la guardo. No se si sirve lo que yo hago, pero les canto las cuarenta. Les digo: “Vamos, vamos, loco”, y tal vez de diez minutos bajan a ocho. Ahora los pibes también lo están haciendo, porque eso es una falta de respeto al boxeador y al público también.
Recién dijiste que a veces pensas que podes cagar a palos a los que están arriba del ring, ¿Tenés ganas de volver a subirte para competir?
Son muy pocos los que te pueden decir que no quieren volver a subirse (por los retirados), yo no lo descarto. Puede que me agarre la loca y suba a hacer una peleíta. Aunque sea para sacarme las ganas. El que te diga que no tiene ganas es un mentiroso. Una cosa es dominar la situación, pero eso no quiere decir que no tenga ganas.
¿Qué es lo que te da ganas de subir?
Es que veo que soy mejor que muchos boxeadores de los que hoy son protagonistas.
¿Qué es lo que buscar desarrollar en tus pupilos?
Que tengan seguridad, que tengan confianza. La velocidad, también. En este deporte es importante la velocidad. El estilismo se perdió. Estados Unidos no tiene tantos campeones porque los europeos lo superan en velocidad. Eso empaña un poco el espectáculo, pero ahora es así.
¿Creés que vas a sacar un campeón mundial?
Eso, el tiempo lo dirá.
"El Toro" se levanta, da la mano para despedirse y se interna entre los sudados. Se para y observa, se nota que está en el lugar que más le gustab estár.
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