Debajo de la platea de Atlanta que se encuentra sobre la calle Humboldt, Marcelo Domínguez, el ex campeón del mundo de la CMB por los cruceros en 1995, lleva adelante su nueva etapa como entrenador luego de colgar los guantes. Aunque, asegura que el amor por la competencia es tan grande que "puede que me agarre la loca y suba hacer una peleíta".
Domínguez, vestido con jeans y campera al cuerpo, desentonaba entre los boxeadores que se encontraban bañados en transpiración debido al alto porcentaje de humedad y el constante movimiento. En su salsa, “El gordo” no paraba de dar vueltas y hablarles a todos y cada uno de sus pupilos al oído. El que se llevaba la mayor parte de su atención era Mariano Díaz Strunz, quien irá por el campeonato crucero contra Rogelio Rossi el 8 de Octubre en el club Belgrano de la ciudad de San Nicolás.
“El grueso del trabajo ya lo hice, vení, la hacemos acá”, dijo al sentarse sobre unos de los bordes del ring para comenzar la charla. .
¿Te costó dejar de ser boxeador para empezar a ser entrenador?
No mucho, obviamente que es un proceso que lleva su tiempo. Y hay que acostumbrarse. Pero en el último tiempo como boxeador venía ejerciendo. Los mismos pibes que estoy entrenando ya estaban haciendo físico conmigo cuando era boxeaba. Además me fui preparando mentalmente, hice el curso de técnico con tiempo, después hice psicología deportiva para entrenadores. Todo con el fin de hacer como entrenador lo que hice como boxeador.
¿Qué te dio la docencia?
Considero que soy nuevo todavía en esto, pero en poco tiempo gané respeto por las cosas que hice con los pibes.
¿Cómo te llevas con el hecho de estar en el rincón?
De entrada fue difícil, porque subía a pelear con ellos (sus pupilos). Mi cuerpo estaba abajo pero mi cabeza estaba arriba. Esto lo hable mucho con Juan Martín Coggi cuando estaba con su hijo. Le decía que no gesticulara tanto que lo miraban a él y no al pibe. Después caí yo un poco en esa, porque uno lo vive con una vehemencia muy grande por haberlo hecho toda la vida.
Lo que pasa, es que hay algo muy distinto entre ser boxeador y técnico. Uno ve diferente a los chicos, es como en todos los aspectos de la vida, cuando mi viejo me hablaba era él el más vivo, y acá es igual. Yo pienso que si subo (al ring) al que está lo cago a palos. En realidad no se si lo puedo hacer, pero es lo que pienso.
Es que son distintas épocas de boxeo, se boxea diferente de cuando uno lo hacía.
¿Crees que bajó el nivel respecto a cuando vos lo hacías?
En algunos (boxeadores) sí y en otros no.
Desde tu posición como entrenador, ¿podes mejorar el nivel del boxeo?
(Piensa)… Ojala, ojala se pueda hacer. Pero no todos piensan como yo. Para que haya un cambio tiene que haber más de uno en esto, y no puedo ponerme en la cabeza de todos. Pero bueno, me tengo que adaptar a lo que hay, y dentro de eso hacer lo mejor posible. Igualmente pienso que hay chicos que boxean muy bien y hay buenas veladas. Lo que pasa es que uno está enmarcado en lo que ve los sábados, pero aparte de eso hay otras cosas.
¿El problema pasa por cómo se preparan los boxeadores o es un tema vinculado a la organización y el manejo del deporte?
Es que es muy difícil porque es un tema muy particular. No somos un equipo en el que nos ponemos todos de acuerdo y decimos lo mismo. Acá, si uno se queja está solo, como cuando sube al ring.
Lo que me revienta como técnico son los lapsos de media hora que hay entre pelea y pelea. No sabes cuando hacer entrar en calor al pibe porque se enfría. Además, a esa hora de la noche te agarra la modorra y eso es todo por la pavada de la publicidad, va…pavada para nosotros. En mi época decía: “Che, loco, miren que salgo”, a lo que me respondían: “No, para”, y yo salía igual. No me importaba nada. Ahora los pibes no hacen eso, no tienen ese tipo de personalidad. Están todos viviendo en un show.
¿Como técnico haces lo mismo?
Si, lo hago. No se si los apuro o no, pero no me la guardo. No se si sirve lo que yo hago, pero les canto las cuarenta. Les digo: “Vamos, vamos, loco”, y tal vez de diez minutos bajan a ocho. Ahora los pibes también lo están haciendo, porque eso es una falta de respeto al boxeador y al público también.
Recién dijiste que a veces pensas que podes cagar a palos a los que están arriba del ring, ¿Tenés ganas de volver a subirte para competir?
Son muy pocos los que te pueden decir que no quieren volver a subirse (por los retirados), yo no lo descarto. Puede que me agarre la loca y suba a hacer una peleíta. Aunque sea para sacarme las ganas. El que te diga que no tiene ganas es un mentiroso. Una cosa es dominar la situación, pero eso no quiere decir que no tenga ganas.
¿Qué es lo que te da ganas de subir?
Es que veo que soy mejor que muchos boxeadores de los que hoy son protagonistas.
¿Qué es lo que buscar desarrollar en tus pupilos?
Que tengan seguridad, que tengan confianza. La velocidad, también. En este deporte es importante la velocidad. El estilismo se perdió. Estados Unidos no tiene tantos campeones porque los europeos lo superan en velocidad. Eso empaña un poco el espectáculo, pero ahora es así.
¿Creés que vas a sacar un campeón mundial?
Eso, el tiempo lo dirá.
"El Toro" se levanta, da la mano para despedirse y se interna entre los sudados. Se para y observa, se nota que está en el lugar que más le gustab estár.
jueves, 30 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
BARFLY (BOXEO Y CINE)
Desde hoy, todos los lunes –elijo este día para recordarlo por las película y no porque sea el primero de la semana-, voy a presentarles algún largometraje que en algún punto esté relacionada con el boxeo. Podría ser muy fácil hablar de películas como Rocky, pero la idea es exponer películas no muy conocidas –aunque seguro voy a poner alguna que muchos hayan visto por la simple razón de que es mi blog y pongo lo que quiero-. Bueno, vasta de palabras que ocupen espacios y a disfrutar. Lo que sigue es la película.
El primer film que les voy a presentar se llama Barfly (Mariposas de media noche). Es una película basada en un periodo de la vida del escritor norteamericano Charles Bukowski, quien hizo el guión a pedido del director Barbet Schoeder.
El largometraje fue estrenado el 30 de septiembre de 1987 y los actores principales fueron Mickey Rourke (Henri “Hank” Chinaski) y Faye Dunaway.
En esta película se puede ver la particular forma de vida de “Hank”, el alter ego de Bukowski, quien se pasa todo el tiempo en bares emborrachándose –barfly le dicen en Estados Unidos a los tipos que van de bar en bar sin detenerse- y creando peleas.
Con un velo de romanticismo constante, que se puede encontrar constantemente en las obras del escritor, Schoeder pudo retratar a la perfección las peleas que Hank realizaba en los bares.
Bukowki, un aficionado al boxeo, quien siempre se jactó de ser un buen peleador callejero, de contar con un buen movimiento de piernas, se puso muy contento al conocer a Rourke, ya que este último había practicado boxeo cuando era chico en Miami.
Espero que la disfruten. Si quieren saber cómo se llevó a cabo la filmación pueden leer la novela que Bukowski editó en 1989 titulada “Hollywood”. Libro en el que relata el detrás de escena y el mundillo del cine de una forma muy irónica y acida.
Acá les dejo un trailer
AÑO: 1987
DIRECTOR: Barbet Schroeder
GUIÓN: Charles Bukowski, Barbet Schroeder
NTÉRPRETES: Mickey Rourke, Faye Dunaway
DURACIÓN: 97 m.
PAIS: EE.UU
FORMATO: avi
CALIDAD: DVDRip
IDIOMA:Ingles , subtitulos srt en el rar
DIRECTOR: Barbet Schroeder
GUIÓN: Charles Bukowski, Barbet Schroeder
NTÉRPRETES: Mickey Rourke, Faye Dunaway
DURACIÓN: 97 m.
PAIS: EE.UU
FORMATO: avi
CALIDAD: DVDRip
IDIOMA:
Si quieren bajarse la película acá les dejo un lugar que la tiene en sólo cuatro links.
lunes, 20 de septiembre de 2010
KO a Baldomir
Carlos Baldomir perdió por KO en el 6º round ante el mexicano Saul Álvarez, campeón superwalter CMB, en el estadio Staples Center de Los Ángeles.
El veterano argentino de 39 años, ex campeón Walter, aunque se había mostrado muy confiado antes de la pelea al anunciar que noquearía a “Canelo”, mucho no pudo hacer frente a quien se perfila como una nueva estrellita del boxeo internacional.
El mexicano de 20 años cuenta con muy buenos números (34-0-1, 26KO), y fue clave para la atracción del público para la velada que se creó para la celebración d el bicentenario de México en Los Ángeles (?) –Más ridículo fue la presentación de Luis Miguel en Las Vegas en el marco de los mismos festejos-, lo mostró al “Tata” complicado. Es que, se notó que la preparación física no fue muy buena. Hecho que se evidenció en el pesaje del viernes cuando el argentino quedó dos libras sobre lo permitido para la categoría.
Si a esto se le suma que enfrente tenía a un joven con buenas condiciones y mucha hambre de gloria, Baldomir la tenía difícil.
La estrategia que utilizó el Tata cuando subió al ring, hizo que su lentitud no lo complicara tanto en los primeros dos rounds. Pero con el correr de los minutos el ex pupilo de Amilcar Brusa comenzó a sentir la pelea y desgaste, que fue muy grande, comenzaba a dejar en claro la diferencia de edad. El pibito Álvarez aprovecho muy bien su velocidad cuando Baldomir decidió ir por la pelea exponiéndose al tan peligroso cruce.
El golpe a golpe no era lo que le convenía al Tata, pero su estado físico y el del rival se lo pedían. Él no iba a llegar bien al final y Canelo, daba la impresión, que todavía iba a poder deslizarse sin inconvenientes sobre la lona.
B
aldomir había pronosticado noquear a Canelo, confiaba mucho en el peso de su mano, pero nunca se la pudo hacer sentir a su rival. La velocidad del mexicano fue decisiva.
Así fue entonces, en el sexto round, con la idea fija en el cruce, Baldomir dejó algunos blancos al alcance de las agiles y poderosas manos de Álvarez. Tras un uno-dos, el mexicano, tiró al Tata, quien cayó desplomado hacia adelante, lo que hizo que bese la lona, literalmente. Mientras el árbitro contaba, el argentino no sabía en qué planeta estaba. Se pudo ver como los ojos no paraban de dar vueltas, una pena. Baldomir no pudo levantarse, fue un muy lindo KO por parte del mexicano.
Tras una pelea que le representó más moneda que rédito deportivo, Baldomir parece haber dado lo último en el deporte que lo vio como campeón en 2006. La foto con el cinturón en su poder será la que más muestre en el futuro, una imagen que parece haber quedado muy lejos en el tiempo. Un tiempo que ya no va a volver.
Baldomir siempre dio todo lo que tenía para dar. Siempre fue de esos que no se guardan nada, sin ir más lejos, esto quedó demostrado en esta última pelea. Pero lamentablemente para el argentino, su última chance se la dieron frente a una estrella en ascenso que demostró no respetar ningún pergamino.
Aquí la pelea
El veterano argentino de 39 años, ex campeón Walter, aunque se había mostrado muy confiado antes de la pelea al anunciar que noquearía a “Canelo”, mucho no pudo hacer frente a quien se perfila como una nueva estrellita del boxeo internacional.
El mexicano de 20 años cuenta con muy buenos números (34-0-1, 26KO), y fue clave para la atracción del público para la velada que se creó para la celebración d el bicentenario de México en Los Ángeles (?) –Más ridículo fue la presentación de Luis Miguel en Las Vegas en el marco de los mismos festejos-, lo mostró al “Tata” complicado. Es que, se notó que la preparación física no fue muy buena. Hecho que se evidenció en el pesaje del viernes cuando el argentino quedó dos libras sobre lo permitido para la categoría.
Si a esto se le suma que enfrente tenía a un joven con buenas condiciones y mucha hambre de gloria, Baldomir la tenía difícil.
La estrategia que utilizó el Tata cuando subió al ring, hizo que su lentitud no lo complicara tanto en los primeros dos rounds. Pero con el correr de los minutos el ex pupilo de Amilcar Brusa comenzó a sentir la pelea y desgaste, que fue muy grande, comenzaba a dejar en claro la diferencia de edad. El pibito Álvarez aprovecho muy bien su velocidad cuando Baldomir decidió ir por la pelea exponiéndose al tan peligroso cruce.
El golpe a golpe no era lo que le convenía al Tata, pero su estado físico y el del rival se lo pedían. Él no iba a llegar bien al final y Canelo, daba la impresión, que todavía iba a poder deslizarse sin inconvenientes sobre la lona.
B
aldomir había pronosticado noquear a Canelo, confiaba mucho en el peso de su mano, pero nunca se la pudo hacer sentir a su rival. La velocidad del mexicano fue decisiva.
Así fue entonces, en el sexto round, con la idea fija en el cruce, Baldomir dejó algunos blancos al alcance de las agiles y poderosas manos de Álvarez. Tras un uno-dos, el mexicano, tiró al Tata, quien cayó desplomado hacia adelante, lo que hizo que bese la lona, literalmente. Mientras el árbitro contaba, el argentino no sabía en qué planeta estaba. Se pudo ver como los ojos no paraban de dar vueltas, una pena. Baldomir no pudo levantarse, fue un muy lindo KO por parte del mexicano.
Tras una pelea que le representó más moneda que rédito deportivo, Baldomir parece haber dado lo último en el deporte que lo vio como campeón en 2006. La foto con el cinturón en su poder será la que más muestre en el futuro, una imagen que parece haber quedado muy lejos en el tiempo. Un tiempo que ya no va a volver.
Baldomir siempre dio todo lo que tenía para dar. Siempre fue de esos que no se guardan nada, sin ir más lejos, esto quedó demostrado en esta última pelea. Pero lamentablemente para el argentino, su última chance se la dieron frente a una estrella en ascenso que demostró no respetar ningún pergamino.
Aquí la pelea
sábado, 18 de septiembre de 2010
La Hiena vuelve al Ring
Rodrigo Barios volverá a pelear el 1º de octubre en regatas de Corrientes ante el colombiano Humberto Martínez, luego de provocar, el 24 de enero en Mar del Plata, un choque que derivó en la muerte de Yamila Gonzáles, quien estaba embarazada de seis meses.
Por el hecho, la Hiena esta acusado de homicidio culposo pero se encuentra en libertad.
La primera pregunta que se desprendió ante está noticia es: ¿Está bien o no, que el boxeador de Tigre se exponga en medio de la compleja situación en la que se encuentra?
Yendo a lo fino, cualquier persona que esté procesada por la justicia tiene el derecho a trabajar, y para Barrios, boxear es un trabajo. Por ende, no estaría haciendo nada malo.
La Hiena asegura estar “entrenando a full, llegando muy bien a la puesta a punto y al peso sin problemas”. Se lo nota muy concentrado a quien en 1999 alcanzó su primer título mundial ante Silvano Usini.
Confiado en que va a ganar, y de esa forma, el año que viene, llegaría a disputar el campeonato mundial de los livianos, Barrios presenta el mismo optimismo ante la causa que lo acusa de homicida. “No tengo nada que ver con la muerte y las pericias corroboran mis dichos”.
Por otro lado, las fotos que lo mostraron de fiesta y el accidente que tuvo con su coche post Mar del Plata, generaron una opinión pública en su contra. Cuando el 18 de junio de esta año se peleó en el boliche Cocodrilo con Jorge “la Locomotora” Castro, la Hiena demostró que no estaba cuidando bien su imagen.
“Los medios fueron los que hicieron de todo esto una trágica novela. Gracias a Dios la gente ve televisión pero no compra lo que venden”, sostuvo Barrios en una nota con Clarín. Está claro que él se siente apoyado por la gente, cosa que está por verse.
El 1º de octubre eso se verá si la gente lo apoya o no. El hecho de que pelee en corrientes lo va a veneficiar mucho. Ese mismo encuentro en Buenos Aires seguro que tendría un marco diferente.
En lo que podría ser el peor año en la vida de Rodrigo Barrios, el boxeo, “lo que lo va a liberar”, le tendió una mano. “Lo mejor que me puede pasar ahora es pelear, subirme al ring es lo que me va a liberar de todo”, destacó la Hiena.
jueves, 16 de septiembre de 2010
Las caidas de Joe Frazier
Luego de ganar la “La pelea del siglo” contra Muhammad Alí, en el Garden, en 1971, tras la suspensión que sufrió “el más grande” por no alistarse en el ejército, Frazier se estableció como uno de los grandes campeones.
De las 37 peleas que Frazier llevó a cabo perdió en cuatro. Las derrotas tuvieron la particularidad de que fueron contra los dos mismos oponentes: Muhammad Alí y George Foreman.
La primera pelea que perdió fue contra George Foreman en 1973 al ser noqueado en el segundo round.
El campeón, quien tenía 27 años había aceptado la pelea contra Foreman, quien tenía 24 años, porque era una gran promesa del boxeo que se presentaba como un gran noqueador. El “Capataz”, quien había peleado 37 veces hasta que llegara su gran oportunidad, tomó el reto, que se realizó en el Estadio Nacional de Kingston, Jamaica, como una oportunidad única.
Unos días antes de la pelea, Cassius Clay había asegurado en un programa de televisión, enojado porque Frazier no le había dado la revancha, que el de Carolina del Sur no estaba bien preparado porque “se la había pasado de fiesta y cantando con su grupo Joe Frazier y golpes de gracia”.
Debió ser cierto, eso puede explicar por qué el campeón perdió la pelea en el segundo round tras caer seis veces.
Clip de la pelea
La segunda derrota llegó cuando Joe enfrentó, en el Madison Square Garden, en 1974, a Muhammad Ali por la revancha de la “Pelea del siglo”.
Está pelea fue muy diferente a la anterior en cuanto al marco que se generó. Para empezar, por el simple hecho de que Frazier ya no era campeón y que Ali había dejado sus años dorados atrás, la bolsa había bajado de 5 millones de dólares en la primera pelea, a 1.7 millones.
Los ataques mediáticos de Muhammad hacia Joe, para esta pelea, rozaban la discriminación. Ali llamaba a Frazier “gorila” y feo, además de asegurar que trabajaba para los blancos y se olvidaba de los negros. Joe trató de recordarle la fractura de mandíbula que le había provocado en la pelea anterior, a lo que Alí respondió: “Todo el mundo sabe que estuviste tres semanas en el hospital” luego de aquel encuentro. En el que Frazier perdió la visión de uno de sus ojos.
Estos ataques enfurecieron mucho a Frazier por el hecho de haber pasado durante toda su vida, como “negro”, mayores desgracias que Alí. Hijo de un peón de campo en el sur de su país, Joe se crió en los barrios bajos de Nueva York y Filadelfia. Donde aprendió a boxear para “salir adelante”.
La tención que se generaba entre estos grandes pugilistas era muy frágil, se podía llegar a cortar con un pelo. Tanto que entes que comenzara la pelea, Frazier intentó golpear a Ali por las provocaciones que el último nunca dejó de realizar.
La pelea se completó hasta el 12º round y la ganó Clay por decisión unánime.
Últimos dos rounds
La tercera derrota que sufrió Joe Frazier fue una épica pelea contra Muhammad Ali, en la tercera ocación que se enfrentaron. Conocida como “Thrilla in Manila”, esta pelea se llevó a cabo el 1 de octubre de 1975 en el Estadio Coliseo en la ciudad suburbana de Quezon, Manila, Filipinas.
Al encuentro, Muhammad llegaba como el campeón mundial tras ganarle el título a George Foreman un año antes en Zaire, África. La bolsa a repartirse era de 6 millones de dólares.
La forma de encarar la pelea ara muy distinta por parte de los boxeadores. Ali tomó el viaje como una luna de miel. A Filipinas llegó con Verónica Porsche, una amante. Además, nunca paraba de divertirse y de mantener contentos a las personas que lo acompañaban, quienes se habían ganado el apodo de “El circo de Ali”.
Por el lado de Frazier, el ambiente era más tranquilo. Muy enojado por las bromas de su rival ante la prensa, su concentración estaba elevada al máximo. Joe, tras ver que Ali lo comparaba con un gorila de peluche y se burlaba de él personificándolo, no podía esperar a que llegue el momento de pelear.
El encuentro se llevó a cabo a las 10.30 de la mañana en Filipinas para que se pueda ver en Estados Unidos a un horario razonable. El calor y la humedad que había en el estadio se elevaba por las luces que se encontraban sobre el ring y la gran cantidad de personas que llenaron el las tribunas.
La pelea se desarrolló durante 14 rounds. El encuentro terminó siendo inhumano, ya que la alta temperatura cansó mucho a los boxeadores, que se mostraron muy por debajo de su nivel.
Antes de que los deportistas salgan a disputar el último asalto, Eddie Futch, el entrenador de Frazier tiró la toalla. Nadie sabe que habría pasado si seguían, pero la verdad era que la pelea se había vuelto un desastre. Joe se enojó con su entrenador porque, aunque no veía y estaba muy cansado, quería saltar a la lona. Su entrenador le dijo: “Joe, siéntate, la voy a parar. Nadie olvidará lo que hiciste hoy a aquí”.
Cuando Ali se dio cuenta que había ganado, se desmayo. Eso evidenció las pocas energías que le quedaban al gran campeón. “Es lo más cerca que estuve de la muerte”, dijo Muhammad luego de la pelea.
Clip en ingles de la previa y la pelea
La cuarta derrota llegó cuando el hombre que hoy vive en un cuarto que se encuentra arriba del gimnasio en que entrena a boxeadores de bajo nivel, se enfrento por segunda vez a George Foreman.
Este duelo representó la anteúltima pelea de Frazier. Con 32 años y problemas en su vista, el hombre de Filadelfia podía dar sólo un gran espectáculo más.
El 15 de julio de 1976, en el Coliseo Nassau en Nueva York, Frazier sorprendió a todos los presentes por dos cosas. La primera: Al sacarse la capucha demostró que se había rapado en su habitación antes de la pelea. Lo que le valió la comparación con el policía negro Kojak de la serie norteamericana que lleva ese mismo no0mbre. La segunda: Foreman se sorprendió por el estilo que adoptó Joe para la pelea.
La forma en que propuso la pelea Frazier era muy diferente a su estilo natural. Joe dejó de ir en la búsqueda de su rival para tratar que él se acerara para poder contragolpealor. Los movimientos lo complicaron a Foreman en los primeros asaltos, pero no duró mucho.
La pelea terminó en el quinto round por KOT para el Capataz. A Frazier le iba a quedar una pelea más, que sería en el 81 contra Floyd Cummings y terminaría en empate.
Los últimos tres rounds
Así, la carrera de un boxeador, que nunca pudo dejar de luchar en la vida para salir adelante, se había terminado.
martes, 14 de septiembre de 2010
Locos por el boxeo
Detrás de la fachada de una casa que parece abandonada se encuentra la escuela Municipal de boxeo Pascual Pérez de Wilde, la cual está bajo el mando de Delfino Pérez.
Pérez, además de ser el descubridor y entrenador de toda la vida de Yesica Bopp, a quien llevó hasta el campeonato mundial, es un hombre muy tranquilo, sencillo y directo.
En el Pascual Pérez, a pesar de que es lunes y está lloviendo, los chicos con sueños en los puños no dejan de llegar. Sogas, bolsas, guantes, equipo de audio, respiración y órdenes que se desprenden de los labios de Delfino es lo que hace pensar que se está en un oasis suburbano donde la lluvia no genera ningún problema.
Cuando los chicos empiezan a trabajar uno puede pensar que se encuentra en un loquero. Hay bolsas que van y vienen impulsadas por golpes sin definición. Mientras, en la otra punta del lugar, otro realiza trabajos de elongación al tiempo que admira a quien salta la soga sin que se le enrede nunca en los píes.
El tiempo corre y al loquero se lo apoderan los “locos”. Ya hasta hay gente arriba del ring tirando guantazos a focos. El olor a transpiración pasa a ser el perfume que inunda el ambiente. Los ruidos provocados por los cuerpos en constante movimiento se mezclan con la música –la cual parece que nadie está escuchando- y ensordece a quien no esté acostumbrado.
El desorden es general en el Pascual Pérez, por momentos se convierte en un caos, es imposible de encontrar un lugar, aunque sea un rincón, sin una presencia humana en constante movimiento. Se puede sentir el éxtasis que los cuerpos desprenden para demostrar que su droga, la gimnasia, está pegando muy bien.
Luego de uno hora de descarga generalizada, el Pascual Pérez se calma, parecería que los “locos” por fin se cansaron. El lugar no deja de ser un loquero, pero ahora es un loquero con “locos” agotados y música baja. Algunos dan vueltas con la cabeza gacha mientras otros reposan sus brazos sobre sus cinturas. Otros hablan entre sí, aunque no se puede distinguir qué se dicen.
De repente, Delfino Pérez, quien parece un “loco” más por la ropa deportiva con la que está vestido, comienza a dar vueltas por el lugar. Le dice cosas a sus alumnos, hablando muy bajito, para que no escuche nadie más que el receptor del mensaje. Parece que disimuladamente les dice qué deben hacer. Puede que les pida menos descontrol, más tranquilidad. En definitiva, quién quiere tener una escuela de boxeo apoderada por “locos”.
Pero no, nadie se calma, todos comienzan otra vez a demostrar su excitación. Vuelven a moverse las bolsas y las sogas. El ring otra vez se encuentra habitado por los “tira piñas”, mientras el volumen de la música se vuelve a elevar.
Todo sigue igual, los “locos” no se controlaron, van de un lado a otro y se ven muy felices, como si este lugar sea único e inigualable para soltarse. Un sitio en donde controlan sus diablos y la locura la descargan con felicidad.
Pérez, además de ser el descubridor y entrenador de toda la vida de Yesica Bopp, a quien llevó hasta el campeonato mundial, es un hombre muy tranquilo, sencillo y directo.
En el Pascual Pérez, a pesar de que es lunes y está lloviendo, los chicos con sueños en los puños no dejan de llegar. Sogas, bolsas, guantes, equipo de audio, respiración y órdenes que se desprenden de los labios de Delfino es lo que hace pensar que se está en un oasis suburbano donde la lluvia no genera ningún problema.
Cuando los chicos empiezan a trabajar uno puede pensar que se encuentra en un loquero. Hay bolsas que van y vienen impulsadas por golpes sin definición. Mientras, en la otra punta del lugar, otro realiza trabajos de elongación al tiempo que admira a quien salta la soga sin que se le enrede nunca en los píes.
El tiempo corre y al loquero se lo apoderan los “locos”. Ya hasta hay gente arriba del ring tirando guantazos a focos. El olor a transpiración pasa a ser el perfume que inunda el ambiente. Los ruidos provocados por los cuerpos en constante movimiento se mezclan con la música –la cual parece que nadie está escuchando- y ensordece a quien no esté acostumbrado.
Delfino Pérez con los "locos" en la escuela
El desorden es general en el Pascual Pérez, por momentos se convierte en un caos, es imposible de encontrar un lugar, aunque sea un rincón, sin una presencia humana en constante movimiento. Se puede sentir el éxtasis que los cuerpos desprenden para demostrar que su droga, la gimnasia, está pegando muy bien.
Luego de uno hora de descarga generalizada, el Pascual Pérez se calma, parecería que los “locos” por fin se cansaron. El lugar no deja de ser un loquero, pero ahora es un loquero con “locos” agotados y música baja. Algunos dan vueltas con la cabeza gacha mientras otros reposan sus brazos sobre sus cinturas. Otros hablan entre sí, aunque no se puede distinguir qué se dicen.
De repente, Delfino Pérez, quien parece un “loco” más por la ropa deportiva con la que está vestido, comienza a dar vueltas por el lugar. Le dice cosas a sus alumnos, hablando muy bajito, para que no escuche nadie más que el receptor del mensaje. Parece que disimuladamente les dice qué deben hacer. Puede que les pida menos descontrol, más tranquilidad. En definitiva, quién quiere tener una escuela de boxeo apoderada por “locos”.
Pero no, nadie se calma, todos comienzan otra vez a demostrar su excitación. Vuelven a moverse las bolsas y las sogas. El ring otra vez se encuentra habitado por los “tira piñas”, mientras el volumen de la música se vuelve a elevar.
Todo sigue igual, los “locos” no se controlaron, van de un lado a otro y se ven muy felices, como si este lugar sea único e inigualable para soltarse. Un sitio en donde controlan sus diablos y la locura la descargan con felicidad.
viernes, 10 de septiembre de 2010
Floyd mostró su lado oscuro
Floyd Mayweather Jr. fue liberado en Las Vegas luego de pagar 3.000 dólares de multa tras ser acusado de violencia doméstica y hurto.
El “Chico bonito” monarca en la categoría Walter de la CMB, fue detenido por la policía de la cuidad de los casinos al ser denunciado por su ex novia, Josie Harris, con quien tiene dos hijos.
Harris denunció a Mayweather Jr. acusándolo de la desaparición de un iPone, por lo que el moreno conocido como “Money” (dinero) fue puesto tras las rejas en el condado de Clark.
Esa noche, Floyd demostró su lado oscuro al golpear a Harris. La crónica cuenta que la agarró del pelo, la golpeó en la cabeza y le torció el brazo”. Hecho, por el que se dio aviso al 911
Una Gata en celos
La excéntrica pampeana Mónica “La Gata” Acosta enfrentará esta noche a la colombiana Lely Luz “La Roca” Flores por la unificación del título Superligero CMB en el club Estudiantes de Santa Rosa, La Pampa.
Acosta (12, O, 2, 2KO), ya hizo de las suyas en el pesaje al personificar a gatubela y afirmar: “Un artilugio me sacó la mitad de la corona, pero el viernes voy a demostrar que soy la única” campeona.
Por el otro lado, el entrenador de “La Roca” (15, 3, 0 KO 7), Andy Espinoza, se encargó de calentar el ambiente (aunque no tanto como “La Gata”) al asegurar: “Lely tiene grandes chances de ganar. Hemos visto peleas de Mónica y si bien boxea bien, es muy estática de piernas”. Nota
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Dos personalidades
Yesica Bopp, la campeona mundial de boxeo de la categoría Minimosca de la AMB y OMB es dueña de dos personalidades muy diferentes. Una es la que se puede ver sobre el ring. La otra, un poco más reservada, es la que se basa en su estética personal.
Cualquiera tiene la posibilidad de ver y admirar a la Piba de Oro de Wilde, esa que se entrena todos los días en doble turno en la escuela municipal Pascual Pérez, la cual presenció su gestación como boxeadora cuando tenía 16 años. Pero no todos ellos llegan a conocer el lado fashion de la Tuti.
Yesica nació el 11 de abril de 1984 en Wilde, localidad del partido de Avellaneda. Vivió con su mamá Mabel y su hermano Juan Carlos, luego de la separación de sus padres, hasta que logró mudarse con su marido.
Luego de terminar la primaria, de conocer Córdoba en el viaje de egresados, la Tuti comenzó a trabajar para solventarse algunos gastos. Las profesiones que la tuvieron como miembro fueron muy diferentes. Paso de trabajar en una granja armando milanesas de pollo a mesera en un bar de Núñez. Además, algunos amigos aseguran que también vendió diarios.
Una vez en el CeNARD, representando a la Argentina en torneos Panamericanos y Mundiales de boxeo abandonó el trabajo y se dedicó a entrenar.
En ese momento comenzó a haber un cambio en la Piba de Oro. Por haber sido la primera mujer en ganar un Panamericano de Boxeo en el 2005, su vida comenzó a hacerse conocida a través de textos y fotos en los diarios. Desde ese momento, la imagen comenzó a tomar mucha importancia para ella.
Lo primero que hizo fue cortarse el pelo y agregarle algunos reflejos para iluminar su rostro. De esta manera, se sentía más cómoda al verse en una foto y sobre el ring, a la hora de pelear.
Yesica ganó tres Panamericanos (2005, 2006, 2007) y obtuvo una medalla de bronce en el Mundial de Rusia ´05 y la de plata en el de la India ´07.
Los números obtenidos en la era amateur invitaban a su entrenador de toda la vida, Delfino Pérez, a trasladarla al profesionalismo.
El 5 de enero del 2008, luego de pasar las fiestas entrenando sin desmedirse con el alcohol, la Piba de Oro ganó por KOT4 frente a Soledad Macedo, una compañera del gimnasio, en Villa Gesell.
A partir de ese momento la exposición comenzó a ser mayor. Las cámaras de TyC Sports empezaron a enfocarla y “mimarla”. Su cara y figura, que rodea los 48 Kilos (si, una pluma), recorrían el país, y Bopp ya se había cansado de su antigua imagen.
Yesica se dejó crecer el pelo y, para verse más estilizada, largó las pesas. Su cuerpo dejó de ser puro músculo. La piba de Wilde de a poco se fue convirtiendo en una start.
El cambio que efectuó fue radical. A partir de ese momento sus seguidores ya no se limitaba a los amantes del box, sino que muchos, fascinados por la ambigüedad que se generaba entre la Piba de Oro y la Tuti, comenzaron a seguirla y piropearla.
De esta manera, para muchos, las trece peleas ganadas sobre la misma cantidad de encuentros pasaron a ser un dato de segundo orden. Su cuenta de Facebook es un claro ejemplo de lo que causa la Tuti en los hombres. Algunos hasta le ofrecen casamiento, aunque ya esté unida bajo el sagrado juramento.
Cualquiera tiene la posibilidad de ver y admirar a la Piba de Oro de Wilde, esa que se entrena todos los días en doble turno en la escuela municipal Pascual Pérez, la cual presenció su gestación como boxeadora cuando tenía 16 años. Pero no todos ellos llegan a conocer el lado fashion de la Tuti.
Yesica nació el 11 de abril de 1984 en Wilde, localidad del partido de Avellaneda. Vivió con su mamá Mabel y su hermano Juan Carlos, luego de la separación de sus padres, hasta que logró mudarse con su marido.
Luego de terminar la primaria, de conocer Córdoba en el viaje de egresados, la Tuti comenzó a trabajar para solventarse algunos gastos. Las profesiones que la tuvieron como miembro fueron muy diferentes. Paso de trabajar en una granja armando milanesas de pollo a mesera en un bar de Núñez. Además, algunos amigos aseguran que también vendió diarios.
Una vez en el CeNARD, representando a la Argentina en torneos Panamericanos y Mundiales de boxeo abandonó el trabajo y se dedicó a entrenar.
En ese momento comenzó a haber un cambio en la Piba de Oro. Por haber sido la primera mujer en ganar un Panamericano de Boxeo en el 2005, su vida comenzó a hacerse conocida a través de textos y fotos en los diarios. Desde ese momento, la imagen comenzó a tomar mucha importancia para ella.
Lo primero que hizo fue cortarse el pelo y agregarle algunos reflejos para iluminar su rostro. De esta manera, se sentía más cómoda al verse en una foto y sobre el ring, a la hora de pelear.
Yesica ganó tres Panamericanos (2005, 2006, 2007) y obtuvo una medalla de bronce en el Mundial de Rusia ´05 y la de plata en el de la India ´07.
Los números obtenidos en la era amateur invitaban a su entrenador de toda la vida, Delfino Pérez, a trasladarla al profesionalismo.
El 5 de enero del 2008, luego de pasar las fiestas entrenando sin desmedirse con el alcohol, la Piba de Oro ganó por KOT4 frente a Soledad Macedo, una compañera del gimnasio, en Villa Gesell.
A partir de ese momento la exposición comenzó a ser mayor. Las cámaras de TyC Sports empezaron a enfocarla y “mimarla”. Su cara y figura, que rodea los 48 Kilos (si, una pluma), recorrían el país, y Bopp ya se había cansado de su antigua imagen.
Yesica se dejó crecer el pelo y, para verse más estilizada, largó las pesas. Su cuerpo dejó de ser puro músculo. La piba de Wilde de a poco se fue convirtiendo en una start.
El cambio que efectuó fue radical. A partir de ese momento sus seguidores ya no se limitaba a los amantes del box, sino que muchos, fascinados por la ambigüedad que se generaba entre la Piba de Oro y la Tuti, comenzaron a seguirla y piropearla.
De esta manera, para muchos, las trece peleas ganadas sobre la misma cantidad de encuentros pasaron a ser un dato de segundo orden. Su cuenta de Facebook es un claro ejemplo de lo que causa la Tuti en los hombres. Algunos hasta le ofrecen casamiento, aunque ya esté unida bajo el sagrado juramento.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Perder en la primera defensa
Luego de conseguir el gran logro de adueñarse el cinturón de campeón un boxeador debe afrontar una de las paradas más difíciles en la profesión: La primera defensa del título.
Suele decirse que la primera defensa es la pelea más importante para un pugilista. Es en ella donde se demuestra la seriedad con la que trabaja un boxeador. No es lo mismo ser un aspirante al título que un defensor. Algunos llegan a relajarse demasiado, y si no son muy profesionales pierden. Porque con coraje y valentía (pelotas, en términos boxísticos) no se ganan grandes duelos.
La lista de los que perdieron el título en su primera defensa está conformada por boxeadores impresionantes, de lo mejor que dio el planeta.
Mick Tyson, quien supo estar invicto durante 37 peleas hasta perder con James Douglas en Tokyo, recuperó el título de los Pesos Pesados de la AMB en septiembre del 96 al derrotar por KOT en el primer round a su compatriota Bruce Seldon. Dos meses después, y envueltos sobre los ojos de buena parte del planeta, Tyson dejaba en manos de Evander Holyfield, en lo que fue el primer encuentro entre ambos, el cetro de la AMB por KOT en el 11º round.
Estos son los últimos tres round
Por otro lado, Holyfield pasó por lo mismo entre el 93 y el 94. Luego de haberle ganado en la revancha a Riddick Bowe el 6 de noviembre del 93 los títulos de los pesados de la AMB y de la FIB (en la primera Holyfield había perdido tres cinturones), el moreno de Alabama no alcanzó la victoria el 22 de abril de 1994 contra Michael Moorer en Las Vegas. Los jueces, por decisión mayoritaria, fallaron a favor de Moorer y Holyfield volvió a quedarse sin nada en la cintura.
Estos son los últimos dos round
El zurdo Michael Moorer perdió los títulos conseguidos ante Holyfield en la pelea siguiente al enfrentarse al veterano de 45 años George Foreman el 5 de noviembre de 1994. En la lona del MGM Grand de las Vegas, Moorer perdió su invicto de 37 peleas.
El último round.
Bajando un poco por el mapa de America, el panameño Roberto Duran sufrió el mal de no poder retener el título en la primera defensa en dos ocasiones y contra el mismo rival.
Manos de piedra había ganado el 20 de junio de 1980 el título Peso Walter de la CMB por decisión unánime de los jueces al enfrentar a Sugar Rey Leonard. Como Sugar Rey afirmó que esa pelea se la habían robado se llevó a cabo una revancha el 25 de noviembre de ese mismo año. La pelea pactada a doce rounds en Nueva Orleans la perdió Duran en el octavo por KOT. La verdad es que el panameño abandonó por supuestos calambres en el estomago y dejó inmortalizada la frese “no más lucha”, que fue lo que le dijo al referí para que parara la pelea.
Nueve años después, Roberto Duran alcanzaría a obtener el título de los peso mediano de la CMB tras vencer al yanqui Irán Barkley por decisión mayoritaria. Este cetro, el panameño también lo perdió ante Sugar Rey el 7 de diciembre de 1989 pero por decisión unánime.
La primera pelea
"No más Lucha"
La decepción que genera en la gente que un “ídolo” en el boxeo pierda su corona ante la primera defensa en un trago amargo que los argentinos tuvimos que soportar.
El primero de los dos casos que traigo es el de Víctor Galíndez, quien luego de recuperar, en la revancha, el título de los Semipesados AMB ante Mike Rossman en 1979, perdió en la primera defensa. El 30 de octubre del 79, Galíndez sufrió y soportó como nadie al yanqui Marvin Johnson en el Superdomo de Nueva Orleans hasta la 11º vuelta. La falta de entrenamiento y los copetes de las noches hicieron que el Leopardo de Moron sufriera la fractura de la mandíbula y entregase el último cinturón que supo adueñarse en el box.
Ultima defensa de un título para Galíndez
Por último, un caso más reciente. Juan Martín Coggi recuperó el cinturón Superligero AMB el 13 de enero de 1996 tras noquear en la quinta vuelta a Frankie Randal en lo que fue la primer revancha –en el 93 Coggi había ganado este mismo título frente a Randal en Las Vegas-. Luego, en la segunda revancha que se dio el 16 de agosto del 96, el Látigo perdió lo que fue la primera defensa por decisión unánime de los jueces.
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